Aragón y Castellón revalidan sus títulos de campeones de España de goalball

30/05/2010

El XX Campeonato de España de Goalball, que se celebró entre el 29 y el 30 de mayo en el Polideportivo Municipal de Chilches (Castellón), concluyó con victoria de los conjuntos de Castellón y Aragón, que conservaron los títulos logrados en 2009. La competición fue organizada por la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC) y la Delegación Territorial de la ONCE en la Comunidad Valenciana.

En cada categoría participaron los cuatro equipos que obtuvieron un mejor resultado en la liga de esta temporada y se enfrentaron entre sí en una liguilla previa a una sola vuelta. Para decidir al campeón, los dos primeros clasificados disputaron la final.

En el torneo femenino, Aragón se midió a Alicante en la lucha por el oro y el encuentro finalizó con victoria de las primeras por 4 a 3. De esta forma, las mañas conservan el título que lograron en 2009. La tercera plaza se la adjudicó Guipúzcoa, mientras que Tetuán fue cuarto y último.

En el grupo masculino, Castellón y Valencia, que partían como favoritos, se enfrentaron entre sí en la final. La victoria cayó definitivamente del lado de los anfitriones, que se impusieron a los vigentes campeones de liga por un ajustado 3-2. En tercer y cuarto puesto concluyeron los combinados de Chamartín y Barcelona, respectivamente.

Los máximos goleadores de la competición fueron Jesús Santana, del equipo de Valencia, con 12 tantos, y Mari Carmen García, del Alicante, con 15. En total, participaron cerca de 40 deportistas.

El goalball es un deporte practicado específicamente por personas ciegas y deficientes visuales que enfrenta a dos equipos de tres jugadores. Los partidos, que constan de dos tiempos de diez minutos cada uno, se disputan en una pista de 9 por 18 metros.

Cada equipo se sitúa a un lado del campo, junto a su portería, de 9 metros de ancho, y, sin salirse de una pequeña zona, tiene que tratar de meter gol en la portería contraria lanzando un balón con cascabeles en su interior, que ha de rodar por el suelo para que se oiga su sonido. Los tres componentes del equipo que recibe el balón tienen que impedir que entre en su portería arrojándose al suelo para detenerlo.

Todos los jugadores han de salir a la cancha con unos antifaces opacos que les impiden ver absolutamente nada, para garantizar así la igualdad de condiciones entre ciegos totales y deficientes visuales.